Un any més, s’acosta el Dia de la Traducció. I aquest any, a L’illa deserta tindrem doble racció d’entrevistes. Per què? Doncs per donar la benvinguda a la nova secció, Caràcter xinès. Com alguns ja sabeu, es tracta d’una secció dedicada exclusivament a la literatura xinesa que prové d’un blog anterior. Doncs això: avui tenim una traductora representant del món de la literatura xinesa, Belén Cuadra Mora. Ah, i demà tindrem un traductor representant de la literatura anglosaxona i catalana (sorpresa!).
L’any passat a Caràcter xinès vam parlar amb la Mireia Vargas, i l’anterior, amb la Sara Rovira, dues sinòlogues amb un pes específic important en el món acadèmic que també fan traduccions literàries. Aquest any tenim la sort de poder comptar amb Belén Cuadra Mora, una integrant de la nova fornada de traductors del xinès al castellà que destaca per les traduccions preciosistes de Yan Lianke. Però, igual que en els dos casos anteriors, no es dedica únicament a traduir. Entrem en matèria amb aquesta llicenciada per la Universitat de Granada.
Ya hacía tiempo que el nombre de Belén Cuadra Mora estaba presente en mis actividades “libreras”. Sobre todo cuando realizaba mis expediciones a las librerías de Barcelona. Su nombre aparecía en las páginas de libros de Yan Lianke de reciente traducción. Me asaltaban todo tipo de preguntas: ¿quién es? ¿dónde estudió? ¿la traducción será directa del chino? ¿que tal son sus traducciones? Las dudas persistieron durante mucho tiempo, ya que se trataba de libros que yo ya había leído en otros idiomas. Y, claro, al principio da un poco de pereza repetir. Pero ya hablaremos de eso otro día: quizás tenga ventajas releer un libro en tu idioma materno.
Sin embargo, a través de amigos y contactos, fui rastreando la pista de Belén. Y poco a poco me fui formando una impresión positiva de su trabajo. Por eso, cuando surgió la oportunidad de leer Crónica de una explosión, que publicaba Automática Editorial y que estaba a punto de salir a la venta, no me pude resistir y me lo releí, esta vez en castellano. Fue de las mejores decisiones del primer semestre del 2018, ya que descubrí el trabajo de una traductora sólida. Tiene un dominio del castellano impresionante y, si sigue así, dará mucho que hablar.
¿Quién es Belén Cuadra Mora?
En pocas palabras, Belén es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada, con el inglés y el chino como idiomas de trabajo, y estudió dos años en China con una beca ICO. Actualmente trabaja como traductora e intérprete en la embajada de España en Pekín. Asimismo, se está labrando una buena reputación como traductora literaria del chino al español. Vayamos por partes (y marquemos las preguntas en negrita).
Empezaremos por la pregunta evidente. Belén, cuando te matriculaste en la universidad, ¿pensabas que el chino era una asignatura más o tenías claro que querías elegir esta vía?
Fue una decisión por completo fortuita. Ya entonces me dijeron aquello de “el chino tiene salidas”, pero lo cierto es que no lo pensé demasiado. Elegí chino, pero podría haber sido ruso, árabe o neerlandés. Luego me dí cuenta de lo especial de esta lengua, que categoriza y define la realidad desde una perspectiva muy diferente a otras que yo conocía, y me comencé a interesar por su historia, su cultura y su literatura. A ello contribuyeron mucho los profesores que me inculcaron el respeto y admiración que ellos sentían por el mundo chino, y que me animaron a seguir adelante y, sobre todo, a estudiar en China.
Cuando uno estudia chino está claro que si quiere profundizar tiene que ir a China. Ampliar estudios, estudiar sobre el terreno. Tú obtuviste una beca del Programa Asia-Pacífico de la Fundación ICO. ¿Qué significó para ti?
Me cambió, literalmente, la vida y las perspectivas. Dudo que hubiera acabado estudiando en China de no haber sido por aquella beca, y desde luego mis conocimientos de chino se hubieran quedado en lo anecdótico. La lengua china no es especialmente fácil y, cuando comencé a estudiarla, allá por el año 2000, no existían en España tantos centros ni recursos como ahora. Estudiar en China era fundamental para adquirir competencias y los dos años que pasé en la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, gracias a la beca de la Fundación ICO, me brindaron la oportunidad de seguir aprendiendo y orientar mi carrera hacia China y el chino.
Desde 2010 trabajas como traductora e intérprete en la embajada de España en Pekín. ¿Nos puedes contar un poco en qué consiste tu trabajo? ¿Actúas como enlace?
Desempeño labores de traducción e interpretación, así como de apoyo administrativo. Gran parte de los documentos que entran y salen de la Embajada han de ser traducidos; también en las conversaciones se requiere a menudo la asistencia de un intérprete. Ahí es donde entramos los traductores e intérpretes, facilitando la comunicación y aportando conocimientos lingüísticos y, en muchas ocasiones, culturales. Es un trabajo interesante que requiere formación continua y ser muy preciso, por lo que se aprende mucho.
Además de tu trabajo en la embajada, has traducido y publicado varios libros. Por un lado, has participado en la elaboración de Conocimientos básicos de China y de Estudios de traducción e interpretación chino-español. Por otro, has traducido uno de los grandes clásicos contemporáneos de la literatura china. Se trata de La casa de té, de Lao She. ¿Fueron tus primeras incursiones en el mundo editorial?
Así es. Todos los proyectos que mencionas fueron trabajo colectivos y en todos ellos conté con la generosidad de profesionales con más años de experiencia que me fueron abriendo puertas en un mundo (el del trabajo editorial), desconocido, bastante competitivo, y al que, de otra forma, me hubiera sido muy difícil asomarme. La casa de té, por ejemplo, fue fruto de la colaboración con otras dos traductoras, Salvadora Mateo y Susana Herráiz. Trabajamos bajo la coordinación de Gabriel García-Noblejas, que nos guió en todos los estadios del trabajo, desde la elaboración de un informe preliminar, que enviamos a la editorial para recabar su interés, hasta la redacción de un prólogo que pusiera la obra en contexto.
Las traducciones por las que eres más conocida son todas de un mismo autor: Yan Lianke. Hasta el momento, hemos podido leerte en El sueño de la aldea Ding, Los besos de Lenin y Crónica de una explosión. ¿Crees que hoy conoces mejor a Yan Lianke que cuando empezaste a traducir el primero? ¿Tienes algún favorito?
Traducir es la forma más intensa, rigurosa y reflexiva de leer que existe. “Nunca leerás un texto como cuando tengas que traducirlo”, nos decían en la facultad, y la experiencia, en mi caso, lo corrobora. Necesariamente conozco mejor la obra de Yan Lianke cuanto más lo leo y traduzco, lo cual no quiere decir que lo conozca más que otros lectores, pues considero que cada lector, a partir de su propia experiencia, lee y entiende de forma distinta. En cuanto a sus libros, me sería muy difícil elegir uno. De la lectura y traducción de cada uno de ellos guardo un recuerdo distintivo y especial.
Algunos traductores dicen que traducir varios libros de un mismo autor les ayuda a conocer su forma de escribir. También dicen que eso juega a su favor en los libros que traducen a continuación. ¿Es ese tu caso? ¿Yan Lianke sigue una línea con puntos comunes que puedas “reaprovechar”?
Traducir varios libros de un mismo autor ayuda más que entorpece a la hora de ponerse a escribir, o al menos así lo siento yo. En el caso de Yan Lianke, hay temáticas coincidentes y un trasfondo cultural y humano similar que ayudan a abordar un texto nuevo. Dicho esto, el lenguaje, el estilo o la estructura varía mucho, muchísimo, de unas obras a otras, y cada una de ellas plantea desafíos diferentes. El sueño de la aldea Ding tiene una prosa más lírica, en Los besos de Lenin abunda como en ningún otro el habla dialectal y Crónica de una explosión es rápido, directo, irónico… La verdad es que tengo muy claro que con cada uno de sus libros me enfrento a una obra completamente nueva, aunque al hacerlo cuente con la ayuda de cierto bagaje inevitable, fruto de trabajos y lecturas anteriores.
A algunos autores les gusta conocer a sus traductores. De hecho, algunos desarrollan una sólida amistad con sus traductores habituales. A otros, además, les gusta ejercer un control absoluto sobre lo que se traduce de ellos. ¿Es ese el caso de Yan Lianke?
Tengo el honor de mantener una relación de amistad con Yan Lianke desde que comencé la traducción de El sueño de la aldea Ding. Conocerlo personalmente o saber quiénes son los escritores que lee y admira me ha ayudado mucho a entender y traducir sus libros. Ni qué decir tiene el privilegio que supone poder recurrir directamente a autor cuando tengo preguntas sobre un extracto o incluso una palabra concreta. Solo tengo buenas palabras para él; no busca controlar el trabajo de sus traductores y siempre se muestra paciente y dispuesto a aclarar cuantas dudas puedan surgir.
Todos los libros de Yan Lianke que has traducido hasta ahora han sido publicados por Automática Editorial. En alguna web ya se anuncian más. Además, el compromiso de esta editorial con la obra de este autor es encomiable, sobre todo teniendo en cuenta que abogan por la traducción directa del chino. Sin embargo, otras editoriales siguen optando por la traducción indirecta. ¿Crees que eso está cambiando?
Hasta donde sé, Automática Editorial está interesada en seguir publicando la obra de Yan Lianke. Es encomiable, desde luego, a tenor del recorrido que la literatura china tiene todavía en España, menor que en otros países de nuestro entorno, pero también un regalo, desde mi humilde (¡y muy personal!) punto de vista, poder apostar por un escritor de la talla de Yan Lianke. Mi experiencia, todavía bastante limitada, es que los editores que valoran la obra de un autor realizan el esfuerzo económico de traducirla desde su idioma original. Desconozco las estadísticas, pero me gustaría pensar que cada vez se traduce más desde el chino, porque profesionales no faltan.
No podemos acabar la entrevista sin hacerte la pregunta clave: ¿para cuándo la próxima traducción?
Pronto. Espero que para principios del año próximo.
Muchas gracias por tus respuestas y tu tiempo, Belén. Ha sido un placer comentar todos estos temas contigo. Especialmente en lo que toca a Yan Lianke, que es uno de mis autores más queridos. Esperaré, pues, esta próxima traducción que llegará el año que viene.
Bé, doncs, fins aquí l’entrevista d’avui. Si us voleu estrenar amb la literatura xinesa, no dubteu a llegir qualsevol dels llibres de Yan Lianke. És un autor amb qui és molt fàcil connectar (part del mèrit és del traductor, és clar!). I tanco aquesta entrada dient que, mentre espero un proper llibre de Yan Lianke, provaré Cartas póstumas desde Montmatre, de Qiu Miaojin, traduït també per Belén Cuadra.
Així, doncs, no us perdeu la propera entrada, dedicada també al Dia de la Traducció!
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